Sencillo, minimalista y puñetero. Productos musicales como éste son el resultado de que mentes enfermas, retorcidas, con un peculiar y maligno sentido del humor hagan videojuegos ‘para toda la familia’. Puede que alguien le encuentre la gracia a sentirse como un auténtico zote musical jugando a este juego. Servidor, desde luego, ha sufrido lo suyo con la entrega de marras. Y solo el toque Wario Ware lo salva de la quema, que conste. Avisados quedan. Mi reseña completa (de este
engendro jugable)
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