domingo, 21 de abril de 2013

Oblivion

A pesar de sus posiblemente predecibles tres actos (subrayados además con línea gorda) en los que sus giros se ven venir a poco que hayas leído/visto la mínima ciencia ficción, Oblivion está compuesta por potentes imágenes evocadoras hilvanadas de tal manera que la atención apenas decae si se decide entrar en el juego.

Puede sentirse como una historia de amor que perdura más allá del cuerpo y del tiempo, o leerse como una triste metáfora de la cotidianeidad de la pareja estandarizada, perfecta, duradera, rota por la intrusión del elemento inesperado, que excita y acaba con todo, que hace abrir los ojos; pero sobre todo, debe verse como una rotunda aventura postapocalíptica de ciencia ficción, que pasa por encima de sus evidentes homenajes y referencias, de lucha definitiva entre el ser humano y sus propios dioses.

El score es insuperable, inmersivo, con la eficacia ya demostrada en la pasada Tron: Legacy, su montaje es trepidante y la sensación final, una vez superada la bruma del epílogo innecesario,  es la de una buena cinta de entretenimiento comercial a tener muy en cuenta entre el mar de remakes  y secuelas ofrecida por el absoluto abandono de Hollywood en los últimos tiempos.

3 comentarios:

Txema SG dijo...

Comparto tu opinión, evocadora y preciosa.

+SoWhat+ dijo...

y yo parcialmente lo comparto, la fotografía, el paisaje, las tomas aéreas sin alucinantes.
el guión, si sabes algo de sci-fi te lo ves venir, sí.

deciros que sólo fui a verla porque tenía 2 entradas a kinépolis gratis, así que para ver algo en pantalla graaande pues mejor exteriores bonitos.

y sigo envidiando la facilidad de palabra del nene Samu ;-)P

Samu dijo...

La película creo que es rotunda incluso con sus fallos.

Y gracias por las palabras bonitas

;)