Te ves sentado, solo, tomando algo en una terraza o en la barra de un bar.
Miras a la gente.
Estudias sus gestos, los interpretas ¿qué pasa por sus cabezas?
Te sientes como un personaje de un solo episodio, te lees como en la presentación de un asesino en un capítulo autoconclusivo de una serie de ficción. De esos personajes que son de relleno entre entregas, que no hacen avanzar la trama de la serie, si acaso, apoya alguno de los subargumentos de los protagonistas que tiran de los hilos maestros de la historia principal.
Pero tu papel se circunscribe a ese momento concreto de esa temporada.
Eres relleno del malo con duración estimada de cincuenta minutos más pausas publicitarias.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario