Esa fue la pregunta que le hice a un buen amigo mío y compañero de fatigas en el Grupo Rantifuso tras el último dia del Salón del cómic Barcelona de 2011 a primeros de mayo. Mi amigo, anarquista, compartió conmigo unas horas por la mañana antes de regresar cada uno a sus respectivas casas en sus comunidades autónomas.
Hablando de política y del oscuro panorama económico resolvió a decirme "¿que qué podemos hacer? Todo está mal, no hay salida, la opción, en el plano micro, cambio desde uno mismo hacia afuera, en tus pequeños núcleos de relación. Y sobrevivir".
Una semana después estallaba el 15M.
Hasta entonces me había sentido solo. No por supuesto en mis grupos y familia. Solo y aislado de una sociedad que parecía no querer ver lo mal que se estaban moviendo las cosas. Y llegaron las manifestaciones -continuación de reivindicaciones previas que ya habían logrado cierta notoriedad- y la ilusión, para llegar luego al disgusto y a la rabia del primer desalojo.
El resto es Historia.
Cada una lo hemos narrado desde nuestro prisma y experiencia. Con nuestros conocimientos en nuestros ámbitos respectivos. Han cargado, cerrado, tratado de boicotear. Y siempre hay que regenerarse, constantemente, no caer en el inmovilismo, porque en el conflicto está la clave del cambio.
Este año he vivido junto a compañeras la evolución de un movimiento asambleario (tal vez el movimiento anarcosindicalista "peor organizado" de toda la historia) mutante. He cargado contra quienes han buscado rédito, he marcado mi propia agenda cuando veía que me desbordaban las emociones y he visto como gente que tenía las orejeras puestas se las retiraba.
He cambiado de trabajo, de casa, he tratado de mantener el ritmo con mis proyectos personales y ser mejor persona (si es que esta frase hecha ha significado alguna vez algo) Siento que en este último año no he parado de aprender.
He entendido que el conflicto ha entrado de lleno en mi vida y por ello os doy gracias a todas las que habéis estado, las que estáis y las que estarán.
Porque esto es una relación para toda la vida.
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