Seis historias entrelazadas en el tiempo y en el espacio, los actos de unos repercuten en el devenir de los siguientes.
Con un ligero aroma a historias de almas eternas que se encuentran hasta el infinito a lo largo de la existencia y los ademanes fantásticos típicos de estas producciones, lo que deja sin aliento es la estructura con la que se ha facturado el producto final, en el que las escenas van saltando de un tiempo a otro sin que ello afecte en absoluto a la narración de cada una de las pequeñas aventuras que la película relata.
Asombra la exquisita fotografía, así como las interpretaciones de todos los actores, que van encontrándose una y otra vez a lo largo de los siglos, y sobre todo la cadencia del propio score, que va perfilándose y tomando cuerpo a medida que se construye una de las historias que tejen la trama.
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