Distrito 9 (District 9)

¿Regresa la serie B más contestataria y social pero con presupuestos elevados? Esta es la pregunta que puede abordarnos una vez vista esta cinta y tras digerir la intensa historia que nos cuenta.

Distrito 9 se presenta como falso documental en sus minutos iniciales para ponernos en situación: una nave alienígena llega en 1982 a Johannesburgo y queda detenida sobre su cielo. Los visitantes son tratados como refugiados y apartados de la población en guetos. En el momento que arranca la acción, veinte años después de su llegada, el gobierno se propone trasladar al millón de refugiados alienígenas a un campo de concentración tras los últimos altercados ocasionados con la población sudafricana.

Acertado a más no poder el escenario de la trama, un guión así no tendría sentido situando a los aliens en New York, París o Tokio. La sudáfrica del apartheid es donde mejor desarrollar los dilemas morales que plantea la cinta.

Ahora bien, como buena película de serie B, este mensaje político viene implícito bajo una capa de acción y tensión, ya que en el fondo, lo que se vende es la historia de un humano que de tratar a las 'gambas' (aliens) como basura (el protagonista dirige la operación de traslado a los campos de concentración) pasa a sacrificarse por uno de ellos.

Amaga varias veces con dejar al espectador tirado en la butaca, con el corazón destrozado, pero el desenlace de la aventura es bastante satisfactorio, por ello la sensación final es la de gran cinta, trabajo de culto, de visionado obligatorio.

El cine de serie B de zombies, alienígenas ladrones de cuerpos, virus etc, debe plantear siempre dilemas éticos, sociales y políticos. Es la base de esas producciones. Películas como 'Independence Day', o 'Planet Terror' son meros amagos y parodias de esa serie B, carentes de la carga ideológica que ha tenido siempre un género ante todo enfocado a un público underground.

Esta película recuerda que el cine, pese a ser entretenimiento, puede lanzar importantes mensajes al público. Luego, que cada espectador codifique lo visto como mejor se ajuste a su esquema de valores.

No os perdáis este trabajo. Merecedor de gastar mucho tiempo hablando sobre él. En serio.