¿O no? Porque puede que Sōseki hace ya 105 años ya supiera que los gatos eran los verdaderos amos, dueños y señores del mundo (ponme más comida en el plato)
Es un gato, un gato sin nombre, con un dueño tontorrón y unos amigos estúpidos y divertidos. ¿Qué puede haber mejor?
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