Imagina que agonizas en la cama de un hospital. Tu marido no puede estar contigo, porque se encuentra apartado en espera de si muestra o no síntomas de la misma enfermad que has contraído.
Imagina que empiezan a decir que la causa de que te estés muriendo es culpa tuya.
Imagina que sacrifican a tu mascota como decisión técnica no basada en ningún parámetro más allá de no asumir un riesgo que ya se han saltado en varias ocasiones.
Y ahora acuérdate de las reformas laborales que han hecho, de los recortes que han perpetrado en sanidad y en educación, de cómo han aumentado los impuestos en temas como luz o IVA de una forma absolutamente salvaje y desproporcionada cargando contra los trabajadores y culpabilizándolos de todo por un sueldo de mierda.
Y te viene entonces a la cabeza el tema de los sobres, de los pagos en B, y de todos los miembros de ese partido repartidos en empresas que han medrado a base de negocios turbios...
Ahora imagina que no puedes hacer nada, ni siquiera explotar de rabia, porque te estás muriendo y ya no te quedan fuerzas para nada...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Si me imagino todo lo que dices, igual...
¡Hola Félix!
Qué alegría leerte, aunque sea en un texto así d etriste.
Cierto que en los momentos extremos podemos sacar energía de donde no la tenemos, pero lo que le ha sucedido a esta trabajadora me llena de tanta rabia y no sabía cómo expresar esta concatenación de despropósitos sucedidos...
¡Gracias por pasarte por aquí!
¡Cuantos años ya!
Publicar un comentario