Este RPG fue el responsable de que perdiera tres meses de mi vida y una media de 6 horas diarias hace unos 2 años...
Un RPG para GameCube que casi entró de tapadillo, pero que para los amantes del género supuso una alegría ante la escasez de éste tipo de títulos en el cubo de Nintendo.
Venía de jugarme enterito el Tales of Symphonia así que un sistema más extravagante y dinámico de juego no me iba a sorprender.
Los turnos del juego se organizan por mazos de cartas y los resultados de las acciones dependen de la mano que vas obteniendo a medida que pasan los turnos. Lo que en una primera toma de contacto puede parecer odioso se transforma avanzadas un par de horas de juego en un sistema brillante, novedoso, divertido y nada frustrante. Tengas la mano que tengas tu personaje hará algo en el turno correspondiente.
Si a esto le sumamos que la ambientación del juego es fantástica y que en los dos discos que ocupa hay casi 80 horazas de juego, os podéis imaginar.
Fantasía desbordante, un guión lleno de giros y momentos especataculares y una Banda Sonora Heavy hasta la médula. Los que se emocionan al escuchar el riff que Uematsu le robó a Metallica para los final bosses de FF VII deberían dar palmas con las orejas con la música de este juego: powermetalera en los jefes finales, heavy en las batallas de campo, ambiental y muy bien llevada en pueblos e islas.
Una gozada que, dicho sea de paso, no he vuelto a tocar tras acabármelo.
Y es que uno, cuando termina con un juego de estas dimensiones, por mucho placer que haya obtenido, no tiene ganas de volver a sudar la gota gorda...
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