La gran novedad reside en alternar el control entre los dos personajes protagonistas, dando órdenes al secundario, controlando a ambos a la vez y resolviendo puzzles donde el uso de los dos caracteres es imprescindible. Tras jugar a las adrenalíticas cuarta y quinta entregas es de agradecer volver a un sistema de juego pausado y tranquilo, con las cámaras fijas creando puntos de vista forzados y demenciales y donde la habilidad del jugador se ve medida en cada movimiento dado. La banda sonora, efectos de sonido, escenas grabadas, diálogos etcétera son puro Resident Evil y serán, sobre todo, los seguidores de la saga quienes saquen todo el jugo a esta precuela creada con la intención de exprimir un poco más el canon clásico de la serie.
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