
Por cuestiones que dejé caer
aquí (y que argumenté de manera apasionada con algunos autores
aquí) la cercanía tanto de este libro como el de Norma (
Revolution Complex) o el de Enrique Flores (
Cuaderno de Sol) todavía se me hace difícil de asimilar, ya que no es sencillo discernir hasta donde llegan las razones
(estéticas,
políticas,
comunicativas) de trabajos tan pegados en el tiempo a un suceso que a día de hoy se ha demostrado mutante.
En
Yes we camp! (Dibbuks) la mezcla de textos de gente de peso junto a determinados tebeos le dan al tomo un carácter periodístico
del momento, frente a colaboraciones
que simplemente están, y otras que
donde primero dicen una cosa luego dicen otra.
La necesidad de esta sociedad de reflejar lo que sucede
en el acto, de una manera sintética y solo estética (sucede con algunas aportaciones) o limitado a las entrañas, no hacen sino reafirmar mi temor de que
es difícil librarnos de nuestra herencia cultural como hijos de una sociedad de consumo, inmediata, rápida.
No se trata de un recopilatorio con análisis (imposible hacerlo en el tiempo que se cocinó)
sino más bien de la muesca de lo que pasaba por las cabezas de autores, escritores, dibujantes, en un momento concreto (con el añadido de algunas páginas clásicas).
Este libro y los que vengan, así como los ya editados sobre el mismo tema/carácter, entiendo que se hacen/harán tan imprescindibles para una parte de la sociedad como innecesarios para la otra. De estos
dos extremos irreconciliables habrá que ser templado para quedarse con los puntos medios si queremos aprender algo de todo esto.
Actualización 9 de octubre: Liberado en la web de la editorial. Lectura online,
aquí