miércoles, 14 de noviembre de 2012

Ellos han agredido primero

Es en estos días cuando los tontos abren la boca más de la cuenta, cuando la libertad que por suerte -y por ahora- tenemos permite que uno presuma de su absoluta estupidez ante la coyuntura del drama social que vivimos. Benditos sean los Derechos obtenidos y por los cuales muchos siguen luchando mientras toneladas de cerebros borregos se permiten el lujo de decir chorradas, estupideces y mierdas autocomplacientes.

Cuando el ciudadano sale a tomar las calles, a manifestarse para mostrar su rechazo a las políticas sanitarias y educativas, a generar conflicto en los ámbitos y sectores de producción, a crear colapso y crisis en los órganos y aparatos del Estado no lo hace jamás de forma gratuita y mucho menos de manera egoista -recuerda, uno así se juega su puesto y su integridad física, por todos- Pese a ello no faltan los comentarios gratuitos e impertinentes de aquellos que dicen aquello de 'manifiéstate, pero no molestes' o sandeces más insultantes como que 'las huelgas no sirven para nada', 'no pienso hacer huelga, ¿quien defiende mi derecho al Trabajo?' o 'deberían prohibir las huelgas, el país no está para estas cosas' entre muchas otras perlas.

La violencia que estamos sufriendo comenzó hace ya muchos años atrás y muy arriba, nunca desde abajo. Existe violencia patronal y terrorismo de Estado. Cómplices y verdugos que muchas veces se confunden al llevar puesta la misma máscara.

Cuando se bajan sueldos, se despiden empleados, se permite no pagar despidos, (¿plusvalía donde estás?) nos encontramos ante  un evidente acto violento que roza la agresión física de manera casi directa: generas hambre, necesidad, pobreza. Aceleras la muerte de miles de familias.

Cuando existen contratos precarios que coaccionan al trabajador, que limitan sus derechos e imposibilitan que genere fuerza dentro de su entorno, evidentemente hay una agresión.

Cuando desde arriba se recortan Derechos y Libertades, se cierran y privatizan hospitales, se destruye la Escuela Pública, derriban Universidades, se limita el acceso a medicamentos, se encarecen productos de necesidad, se suben impuestos indirectos -y no progresivos- etc aceleras procesos de hambre, pobreza y muerte.

Muere gente y  no nos tienen todo el miedo que deberían tenernos.

Porque el Estado somos todos nosotros, el Estado debe estar vigilado por la ciudadanía, en continua mecánica de control. Pero estos aparatos están podridos, los medios están comprados, las Cámaras no funcionan, las leyes son una trampa. Y lo Privado tiende al beneficio individual, nunca colectivo.

No olvidemos nunca que ellos han agredido primero.

Gran parte de culpa la encontramos en la conciencia ciudadana de este país; basta de mirar hacia otro lado,  basta de mentirse a uno mismo. Basta de creerse el cuento de la individualidad liberal y de que la tábula rasa se aplica en todos los ámbitos de la vida permitiendo el libre acceso al mercado a todos gracias al libre flujo de sus agentes (¡ja!) Basta de pensar que ese cuento que nos metieron hasta en la sopa de que trabajando y con esfuerzo ibas a llegar a lograr tus metas. Toca madera si accedes al menos a alguno de los objetivos. Porque eso no sucede ni en Estados Unidos, ni en España ni en la China Popular.

Si no quieres complicarte, si no quieres asumir que esto es una cuestión de la suma de todos y de todas, muy bien, es decisión tuya, pero respeta a quienes lucharon para que puedas disfrutar ahora de lo que te están robando.

Y sobre todo, no seas necio, y mucho menos ignorante: repasa los libros de Historia: están repletos de Derechos obtenidos mediante la lucha contra la clase dominante y gobernantes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bueno Samu! todo mi apoyo!

Sergi San Julián dijo...

Hasta te has quedado corto: los tontos complacientes que tanto defienden el derecho a no hacer nada por nadie deberían recibir una colleja de vez en cuando, además de nuestros reproches.

Samu dijo...

No se si las hostias son la solución, pero todo lo que sea meter el dedo en el jodido ojo del egoismo imbécil siempre es una práctica bienvenida en estos lugares.