¿Es esta la primera cinta 100% Disney con personajes Marvel? Es bastante probable. Su estructura recordará a cintas mil veces vistas (ya se acusó a las dos primeras de Thor de sufrir esto) pero el running gag constante (y efectivo) con el que hilan cada escena casi que por acumulación hace olvidar que estamos viendo una secuela muy inferior a la primera parte.
En la primera entrega se debatió con intensidad las motivaciones de Star Lord y el background con su madre muerta. Ahora le toca al padre, al padre adoptivo y al espíritu santo. La forma de resolverlo ni va a sorprender ni impresionará. Además, todo dulcificado, sin atisbo de mala leche, con el aroma a cinta Disney de toda la vida. Entre medias, mucha bufonada que se pasa de frenada, muchos colores estridentes y un tercer acto de absoluto delirio taquicárdico que machaca por completo el encefalograma plano del espectador.
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