No es necesario ser un teórico convencido del 'abajo el trabajo' para secundar la casi totalidad de las ideas que trabaja este libro, aunque sí son necesarias muchas dosis de conocimiento propio; no todo el mundo está listo para admitir 1) que ha sido engañado desde casi su inicio de uso de razón y 2) que forma parte de un sistema perverso que a poco que se deje entrar en nuestras vidas nos termina moldeando en unos desgraciados capaces de repetir dinámicas y prácticas despreciables.
Libros como este no liberan de ninguna cadena, pero ayuda a hacerlas más visibles; nos dotan, eso sí, de herramientas discursivas para poder articular ideas propias que 'ya estaban ahí' pero que no lograban hacerse reales en forma de palabras, de verbo, de tímida acción. Sin duda, 'Al menos tienes trabajo' ayuda a ver mucho mejor los (auto)engaños del sistema capitalista sobre los trabajadores.
En el sXiX el enemigo se dibujaba en la figura del patrón, en la fábrica se hacía la misma lucha. En el XXI ambos conceptos han mutado y aunque su idea es la misma, no es así su interpretación; saber donde estamos, pues, siempre es el primer paso y, sobre todo, saber qué intereses hay detrás del lugar que ocupamos.
Por poner dos estupendos ejemplos de las ideas que maneja Naiara en este texto:
- Las cadenas de empleo precario y becario que existen en áreas educativas y/o investigación (yo las llevaría al mundo editorial y de comunicación, ya que el proceso es el mismo) que amansan a la fiera, aguantando lo indecible para que, en caso de llegar un contrato, justificar en el futuro comportarse de la misma forma con los ingenuos aspirantes.
- El concepto de la marca personal propia y autoexplotación, tan vendido en los últimos años bajo la figura de 'la emprendiduría' -sea lo que esto sea que signifique y allá donde queramos llevarlo- pero que solo nos colocan en una misma situación de precariedad en la que con un poco de suerte, por lo menos no acabaremos endeudados.
No es liberador, no, pero tal vez haga algún bien en aquellas personas que siguiendo la estela de la izquierda institucional, viven para trabajar y negocian con ello, entendiendo el trabajo como un derecho y no como algo penoso a lo que deberíamos aspirar a eliminar.
Al menos tienes trabajo
Naiara Puertas
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