Hablamos del aburguesamiento ("gentrificación" es un anglicismo que viene de "gentry", es decir, burgués) forzoso que ya ha sucedido con éxito en el centro de Madrid , con una irregular respuesta vecinal. Y no es porque las vecinas de los barrios del centro hayan fallado, porque desde luego que ha habido y hay resistencias: es que estos procesos cada vez son más rápidos e impredecibles, y su capacidad de transformación es torrencial. Una agresión en toda regla al modo de vida de la clase obrera, que no puede quedar sin respuesta ni sin resistencia.
Hubo un consistorio que se suponía, debía frenarlo, dando prioridad a los intereses de las clases trabajadoras: no lo hizo, prefiriendo desconflictivizar bajo la premisa engañosa de "gobernar para todas". Con el actual entendemos que el proceso seguirá su curso implacable con mayor colaboración institucional.
En Puente de Vallecas estamos viendo todas las fases identificadas desde los 70 suceder a la vez: abandono institucional, sobredimensión mediática de la criminalidad de la zona, invasión de franquiciados que sustituyen negocios tradicionales, pero en este caso, combinados con una subida desaforada de los alquileres en zonas tradicionalmente de clase obrera. En Albufera con Puente, la entrada al barrio está franqueada por dos franquicias de hamburguesas, un macro gimnasio low-cost, un supermercado 24 horas, y además de 12 Casas de Apuestas, dejadez en los servicios de limpieza, tolerancia con narco-pisos y abundantes titulares sobre violencia entre clanes mafiosos, ya hay dos proyectos en construcción de viviendas de lujo.
Mismo procedimiento es el llevado a cabo en la combativa Carabanchel desde hace años, y similar estrategia se está siguiendo en Lavapies una vez aburguesada toda la zona de La Latina, Malasaña, etc. Barrios más lejanos, como pueden ser los cinco que forman parte del Distrito de Villaverde, sufren el mismo abandono institucional, tal vez por ahora ajenos a este perverso proceso del que las casas de apuestas son una de las puntas de lanza originadas tras el fracaso del modelo de Eurovegas.
La tal "gentrificación" no tiene nada que ver con hipsters en bicicleta comiendo en restaurantes veganos. En realidad es una de las expresiones globales del capitalismo financiero, es su proyecto de ciudad de los negocios, y que ve en el negocio inmobiliario, cuyo crecimiento descontrolado propició la crisis del 2008, uno de sus principales focos de acumulación. No aprendemos la lección, y mira que vino con sangre. La expresión socio-cultural de estos procesos es variada, pero el final ya sabemos cuál es: nuestras ciudades convertidas en terminales de aeropuerto , nosotras expulsadas de ellas.
Por Guillermo Casanova (con el añadido del quinto párrafo de Samuel González, con permiso del autor del texto)
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