jueves, 17 de octubre de 2019

Tal vez nada sirva para nada.

¿No os da la sensación que el entorno virtual amplifica aún más el sentimiento que más venden estos días por todos lados que es ODIO?

Odio, en lugar de discutir una posición que no compartes.
Odio, en lugar de ponerte en el pellejo del otro.

Lo primario vende ¡y se compra rápido!

Habré podido tener desencuentros con personas o leer cosas con las que no estoy OK, pero jamás me he ido a tocarle las gónadas con intención de hacer daño al que tienes enfrente (menos si además procede de entornos compartidos)

Y si la gente puede hacer eso, sin pestañear, hacia entornos o personas conocidas, porque se dice "solo es virtual", hacia el desconocido y amorfo detrás de un avatar es incluso más fácil.

Es como apagar un discurso que no te gusta, a lo bestia, gritando QUE TE JODAN.

¿Perder el tiempo en discutir con un desconocido una postura contraria? No hemos nacido ayer.

Mandar a la mierda, insultar, menospreciar, lanzar dardos pasivo agresivos a conocidos hasta hacerlos desconocidos. No me vendas eso, no lo compro.

Tiene mucho que ver también con estos lugares y su idiosincrasia ese consumo fast & furiosus acompañado además de eternos y cansinos (como este) monólogos inconexos, alimentados a golpe de me gusta, faves y erretés que nos dan la dopamina guapa para seguir enganchados.

Esta falta de cuidado hacia el que tienes delante está relacionado también con cómo crecen las cuentas que son más agresivas frente a las que generan contenido propio no agresivo. Se recompensa la violencia y agresividad verbal.

No solo se ve recompensada, es que suelen ser además de las conductas que más se replican. Pago las facturas gracias a internecs desde hace muchísimos años. Con el paso del tiempo, me he vuelto incluso más celoso de todo esto que os cuento. Este juguete hace pupas. Muchas.

Porque el ODIO puede ser muy tangible hacia todo lo intangible que queda fiera de nuestra escala de valores. Y en ese segundo grupo, el de la entelequia de lo que nos rodea y no nos gusta, acabar sintiendo ODIO para anular su existencia es muy fácil y gratificante.

Por tanto, es normal y entendible que:

1) el odio venda
2) el odio anule muchos otros sentimientos de manera momentánea o perpetua
3) justifiquemos -y entendamos- que odiamos

El odio, cuanto más irracional más fuerte es, ya que nos encanta pensar que somos seres racionales y ¡cómo vamos a odiar -estar equivocados- sin motivo!

Tal vez la clave pase también por pensar en que se pueda errar en el fuero interno, en que uno puede estar equivocado...

En que tal vez nada sirva para nada.

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