En sus páginas, que mezclan cómic, relato, ilustración, pintura y fotografía me he encontrado con pequeñas joyas en cada una de las colaboraciones y su lectura me llevó a mis primeros años de escolar en los que colaboré y realicé muchos fanzines de fotocopias (hace ya eones de aquello, enterrado por los recuerdos y experiencias posteriores, resucitados anoche gracias a estos chavales y su fanzine). St. Cristobal L.A. Confidential representa ese momento de creatividad brutal mezclada con los primeros pasos de una persona en la creación colaborativa en los que se muestran a flor de piel miedos, deseos, dudas y pensamientos propios de esa etapa vital, donde todo es tan importante que marca nuestro futuro de manera decisiva, y que de cara a un adulto se muestran de forma mucho más explícita que lo que puede pensar el creador en un primer momento. Por supuesto, sus páginas también dejan espacio para colaboraciones que buscan el simple (y necesario) recreo visual y el gag que tan bien funciona en estas publicaciones
Para mí, que un grupo de chicos y chicas hayan dedicado tres meses a este taller me llena de ganas de volver a trabajar en las cosas que me gustan y dedicar mi tiempo a los proyectos que tengo desde hace años con mis compañeros, y por eso, con total sinceridad, les (os) doy las gracias.
Agotaron la tirada, que además es un punto extra, ya que este fanzine en su primera edición (con precio libre) solo se podía adquirir intercambiando alimentos por vales de canje de fanzines, así que no es difícil imaginar que la colaboración con el Banco de alimentos también fue todo un éxito. Sirva este pequeño post para felicitarles por la iniciativa.
Gracias, de nuevo. Y ahora, a por el segundo... ¡o a volar con otros proyectos!
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